Susan consigue un interesante equilibrio en este álbum en el
que su guitarra y su voz comparten protagonismo a lo largo de once temas que
abarcan influencias americanas que van desde el blues hasta el rock, pasando
por el soul y el country.
Encontramos rifs tremendamente contagiosos en It’s
all about you, Electric love y Big shinny car, en los
que la voz de Susan resulta tan expresiva como sugerente. Y temas más pausados
como Devil’s
waltz Kaleidoskope o You’re
rockin’ me en los que las cadenciosas melodías te envuelven sin que te des
cuenta.
También sorprenden las guitarras sincopadas de canciones
como Somebody
like you, Everything y la elegante Inner city, de impecable factura.
Quizá la pieza más desenfadada sea Ice on fire, y como contrapunto, la
más oscura, Off my skull.
En resumen estamos ante un disco que se hace querer desde
una primera escucha, y que te da un paseo por una larga serie de estados de
ánimo y distintas sensibilidades que Susan sabe verter tanto con sus cuerdas
vocales como con las cuerdas de su venerada guitarra.