A MAL TIEMPO BUENA CARA
A nadie se le escapa que no soplan buenos vientos, pero para
todo hay un remedio. Para el malhumor nada como escuchar el nuevo trabajo de
una de las voces más bonitas que han salido de Galicia. Lucía Pérez se nos
descuelga con un disco lleno de buenas canciones, con melodías muy cuidadas y
letras de lo más interesante. Un soplo de aire fresco para un panorama que
últimamente venía siendo algo monótono.
Quitapenas es el
primer sencillo extraído y es el tema que da título al álbum. Y no podía venir
más a propósito. Es una invitación a despojarse de las preocupaciones y no
vivir constantemente atormentado ya sea por un desamor o por cualquier otra
circunstancia. La canción tiene además un ritmo juguetón con cierto ramalazo
reggae que la hace muy refrescante. Y aún más jamaicano suena el siguiente
corte: Paraíso perdido, que junto al
cha-cha-cha Siempre igual son lo más
bailable y contagioso del álbum.
Y luego están las baladas: Dímelo tú es sin duda la melodía más romántica, Lo que piensas que yo pienso hace
verdaderos juegos malabares con las palabras y Sete Chorares endulza su melancólica cadencia con la calidez de la
lengua gallega.
Por último reseñar los temas más pop entre los cuales
destaca el que abre el disco: Después de
ti, una historia de superación que sube y baja como una montaña rusa desde
lo dramático de las estrofas a lo contundente del estribillo. Restos de escenario juega con toda la
parafernalia de una balada rock como fondo y Qué más da tiene una de esas letras alambicadas que merece la pena
escuchar con atención.
La voz de Lucía, siempre en un destacadísimo primer
plano, suena limpia y a veces prácticamente desnuda con el único acompañamiento
de unos acordes de piano. Ahí es donde realmente se aprecia la calidad de una
verdadera cantante, donde cada suspiro, cada pequeña inflexión de voz puede ser
apreciada.