miércoles, 25 de febrero de 2015

ORANGE BROEK

LOS REYES DEL TECNOPOP CATALÁN

Pere y Arnau no se lo han puesto fácil. Mientras que la corriente imperante apuesta por una música electrónica desenfadada y claramente orientada hacia la pista de baile, ellos han optado por un tecno de salón elegante con un aire nostálgico que impregna todo el disco. Es necesario estar del humor adecuado para adentrarse en un álbum que trasmite sensaciones cálidas y tristes al mismo tiempo.

En realidad los verdaderos protagonistas son los teclados al más puro estilo analógico de hace décadas, que suenan en primer plano la mayor parte del tiempo mientras la voz de Pere se filtra por debajo de manera cómplice y susurrante, como si quisiera contarte al oído las historias que desgranan las canciones. Estamos pues ante un trabajo tremendamente intimista, para escuchar con tranquilidad una de esas tardes ociosas en las que uno se queda solo en casa sin un plan definido.


El álbum arranca con Nueva vida, que ya en sí mismo resume lo que nos vamos a encontrar. Despertar tiene una letra pseudo-romántica que describe los pensamientos que asaltan a una pareja, Silencio nos remite de alguna manera al new age de Kitaro o Vangelis, y el escueto título de Instrumental #4 rescata brillantemente el más genuino sonido de los ochenta.

La voz de Elena Jurado pone un contrapunto femenino pero sobrio a Absurdo, mientras que a Pere apenas se le distingue bajo una capa de sintetizadores en La primera vez, aunque el tema más experimental sin duda es Vida inteligente, una obra extraña y casi neurasténica dividida en dos partes.

Por último destacar especialmente los tres temas en catalán: Un salt, Coco Chanel y Quan? que curiosamente son las que tienen más ritmo, en algún momento hasta hay un vago flirteo con el house, letras muy interesantes, y una interpretación vocal bastante más sólida que en el resto de canciones.