CARRETERA Y MÚSICA
Dani nació con una guitarra bajo el brazo. La necesidad de abrir nuevos horizontes y de luchar contra viento y marea para defender su estilo le convierten en todo un ejemplo digno de admirar. Su nuevo disco: Trails es una auténtica declaración de intenciones a la vez que una especie de libro de bitácora de un viaje inolvidable.
En los tiempos que corren son cada vez menos comunes los álbumes conceptuales
¿Cómo se te ocurrió hacer uno?
En principio no había intención de hacer nada. Me fui de
viaje para “desintoxicarme” y al mirar atrás vi que había una historia y decidí
hacer este disco. La mayoría de los temas los compuse durante dicho viaje y
luego, una vez aquí, escribí el resto para “llenar los huecos”.
¿Cuál es exactamente el nexo que une las canciones? ¿Existe una
cronología interna en las letras?
El disco relata todo el viaje desde el primer avión hasta
Venice Beach, dos horas antes de pillar el vuelo de vuelta. El nexo es tanto la
historia como las emociones que todo aquello me despertó. Efectivamente las
canciones guardan una cronología, tanto es así que en directo las hacemos
también en el mismo orden.
¿De algún modo aquel fue un viaje iniciático? ¿Se puede decir que te
cambió, que existe un antes y un después de alguna manera?
Yo pienso que sí. Me marché en un momento algo oscuro, muy
bajo de autoestima y al cabo de tres meses devorando kilómetros, al fin tuve la
sensación de haberme quitado de encima las preocupaciones. Todo ese tiempo
viajé solo con mi guitarra y la verdad es que la soledad me sentó muy bien y me
permitió aclarar mi mente para volver a tener ganas de hacer cosas.
¿No te sientes a veces un poco “marciano” por hacer un tipo de música
que realmente tiene poca tradición en nuestro país?
Sí, un poco. Me estuve preguntando si hacía bien en volver a
España y abandonar Londres (donde he estado viviendo cinco años antes de hacer
la escapada a Estados Unidos) y regresar al seno familiar. Ahora es la prueba
de fuego. Toca comprobar si aquí esto puede gustar. Creo que debe existir un
nicho para que el nuevo country encuentre su público en nuestro país.
En este caso has usado un viaje como fuente de inspiración ¿Anteriormente
te has basado en otros recursos, o tienes pensado alguno para el futuro?
La verdad es que no. Es la primera vez que baso un disco en
un concepto. El primer álbum consistió en dar salida a todo el repertorio que
llevaba años haciendo. Luego publiqué un EP que era más acústico y en el que
incluí unas canciones que quería grabar, mientras que otras se han quedado en
la recámara para el próximo proyecto.
¿Qué piensas que debería cambiar en el panorama musical actual, tanto
en lo artístico como en lo meramente industrial?
Pues por un lado debería desaparecer el “enchufismo”. Sería
más justo que hubiera más oportunidades para todo el mundo y no sólo para los
que tienen contactos. También opino que habría que apostar más por la calidad y
no mirar tanto los posibles beneficios económicos. Y por último querría que en
España se asistiera más a conciertos y hubiera un mayor interés no ya sólo por
la música sino por la cultura en general.
¿En qué andas inmerso ahora?
Ahora mismo estamos estudiando si es viable hacer una gira,
confeccionado un dossier para enviarlo a todas las salas posibles y planificamos
también remover el cubo en Europa, ya que hay países donde este tipo de música
tiene bastante popularidad.
FOTOS: CRISTINA MOLINO